Remodelación costal

Antes de la cirugía, el doctor le realizará un chequeo general de salud y algunas preguntas sobre tu historial médico y las expectativas que tienes. Esto es esencial para llevar a cabo la cirugía de forma segura y un tratamiento acorde con tus necesidades.

Es importante conocer si sufres enfermedades o alergia a algún medicamento, si tomas medicamentos o suplementos, y si eres fumadora habitual.

El cirujano te proporcionará toda la información clave sobre la operación de remodelación de costillas. Desde qué tipo de anestesia se utiliza, a qué cuidados hay que seguir durante la recuperación, entre otros datos.

La remodelación costal es una intervención quirúrgica que se basa en la eliminación de las costillas 11 y 12, de forma parcial o completa. Estas costillas reciben el nombre de “costillas flotantes” debido a que no están unidas al esternón, a diferencia de las otras, sino que acaban en la zona inferior de la espalda. Son las últimas costillas y hay dos en cada lado del tórax. A veces, pueden sobresalir demasiado por la parte delantera, creando un efecto de torso recto.

Este procedimiento se realiza bajo anestesia general y puede suponer la extirpación de parte de las costillas y su reposicionamiento.

La recuperación de remodelación costal puede durar entre 1 mes y 6 semanas, un periodo que requerirá reposo relativo. Pues pasada la primera semana, es posible comenzar a caminar de forma suave, siempre con precaución. Esto ayudará a evitar la acumulación de líquidos.

Durante los días posteriores a la cirugía, es habitual que el paciente experimente cierto dolor y algunas molestias. Estos síntomas encontrarán alivio gracias a la toma de analgésicos y antiinflamatorios, que serán recetados por el doctor.

Es recomendable dormir boca arriba con un par de almohadas, para permanecer ligeramente inclinado/a. No se debe dormir boca abajo ni delante durante la fase postoperatoria, ya que la zona puede sufrir y empeorar con la presión ejercida.

Todas las cirugías conllevan ciertos riesgos para el paciente. Antes de dar el paso, es importante realizar una evaluación médica a fondo, y tener en cuenta, los posibles efectos secundarios derivados de la intervención. Los riesgos más habituales de una remodelación costal son: infecciones, sangrado, cicatrices visibles o asimetrías en el área. Además, es normal sufrir cierto dolor los primeros días, aunque es manejable con la medicación.

La persona deberá seguir los consejos de cuidado y postoperatorio indicados por el cirujano, para evitar complicaciones tras la operación y que la recuperación sea óptima.